por: Yesimar Gerdler
08/12/2023 | 6:00 pm
Los calambres son espasmos musculares dolorosos que pueden afectar a diferentes partes del cuerpo. Estos espasmos se presentan cuando un músculo se contrae sin intención y no se relaja.
Debemos recordar que estos órganos están formados por un gran número de células musculares que reciben impulsos eléctricos, provenientes del cerebro a través de las vías nerviosas y con la ayuda de iones minerales, también llamados electrolitos.
Esta energía química se transforma en energía mecánica dentro de las células: los músculos reaccionan y mueven el esqueleto.
Pero, en caso de que exista una falta de comunicación, es decir, si los nervios envían demasiadas señales, demasiado fuertes o incorrectas, o las células musculares no pueden procesar las señales del modo adecuado, los músculos no pueden reaccionar bien.
Esto produce contracciones arrítmicas, retrasadas u opuestas, que percibimos como dolorosos calambres.
Pese a que la causa más frecuente es el poco movimiento, existen otras que también ocasionan estos espasmos dolorosos:
Falta de minerales
A menudo, las causas de los calambres están ligadas a la baja concentración de electrolitos. Esto se debe a que, al hacer ejercicio, el cuerpo pierde muchísimo líquido a través del sudor y, con ello, minerales importantes.
Por ese motivo, es de vital importancia beber suficiente agua antes, durante y después de entrenar para aportarle al cuerpo los minerales necesarios (sodio, potasio, calcio y magnesio) en una rutina.
Deshidratación
Otra causa de los calambres es la deshidratación. Sin el líquido suficiente, el cuerpo no puede transportar los nutrientes con fluidez, y también es el caso de los minerales.
Mala circulación
Esta también puede ser una causa de estos espasmos. Por ejemplo por una mala postura o forma, cargar peso de un solo lado o llevar zapatos demasiado altos.
Durante una rutina los músculos necesitan oxígeno como combustible para convertir la energía química en energía mecánica. Si los vasos sanguíneos no transportan el suficiente, las células musculares no pueden procesar los impulsos de la forma correcta y se tensan.
Sobrecarga de esfuerzo
Aunque la falta de movimiento puede originar calambres, el exceso también los provoca. Después de realizar un esfuerzo muy intenso, las células musculares se irritan.
Esto hace que estén muy sensibles a cualquier orden que le envíe el cerebro: las señales electrónicas son demasiado fuertes para las células musculares fatigadas y no pueden procesarlas correctamente.
Frío
Las bajas temperaturas, sobre todo los cambios bruscos de calor a frío, pueden llevar a una gran tensión en los músculos que pueden originar un calambre.
Razones anatómicas y médicas
Otras razones, bastante raras, pueden ser la mala formación de piernas, caderas o tronco, así como nervios o vasos constreñidos, enfermedades, desde un simple constipado a la diabetes, y efectos secundarios de medicamentos.