por: Yesimar Gerdler
19/09/2018 | 8:00 pm
Pixabay
La mayoría de los trabajos modernos someten a niveles exagerados de presión a sus empleados, los empleadores a menudo le exigen al personal abordar tareas a velocidades imposibles.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), afirmó que la depresión debe afrontarse como una crisis global y ha alertado de que el agotamiento es el principal riesgo laboral al que nos exponemos, el cual se ha convertido en la “nueva normalidad”.
Las dificultades para llegar al puesto de trabajo, las malas experiencias con jefes o compañeros, o la sobrecarga de tareas no sólo afectan al ánimo y la autoestima, sino que pueden desembocar en un problema de salud mental.
Pero ¿qué es la salud mental?
Según la OMS, es un estado de bienestar en el cual la persona realiza sus capacidades y es capaz de hacer frente al estrés normal de la vida, de trabajar de forma productiva y de contribuir a su comunidad.
En este sentido positivo, la salud mental es el fundamento del bienestar individual y del funcionamiento eficaz de la comunidad.
Tomando en cuenta esta definición, te presentamos tres razones por las que deberías darle más importancia a la salud de tu mente.
No eres tu profesión
Pese a que muchas personas se identifican plenamente con su profesión, es importante recordar que ese no es el único aspecto de la vida, aparte de médicos, periodistas, abogados, entre otros, también somos madres, padres, hijos, esposos, etc.
Debemos tener cuidado con esa mentalidad de rol, con confundir la profesión con nuestra identidad, dejando que esta nos defina completamente porque terminaremos siendo una versión limitada de lo que podríamos ser.
Nuestra profesión, por mucho que la amemos, es tan solo una de nuestras distintas facetas, por lo que no debemos permitir que obscurezca el resto y domine todos ámbitos del día a día.
No hay éxito sin salud mental
Si llegas a enfermarte por tener una sobrecarga de trabajo, no hay título, reconocimiento o beneficio que te permita recuperar la salud.
Es importante que tengas muy presente que si comes encadenado al escritorio o respondes correos y mensajes a mitad de la noche, a largo plazo eso te pasará factura.
No cometas el error de cambiar éxito por salud, y de confundir «una buena vida» con una «vida de bienes».
Hay más probabilidades de que todo fluya bien cuando pones límites
Es importante que establezcas horarios y límites, para que puedas desconectarte del trabajo. Deja espacios en tu agenda para descansar y recrearte, apartar un tiempo exclusivo para ti fomenta la eficiencia, productividad y creatividad.
Las cosas no salen bien cuando trabajas cansado. Cuando mejor te sientas, más rendirás y con menos esfuerzo.
Recuerda que debes trabajar para vivir y no vivir para trabajar.