por: Yesimar Gerdler
02/11/2018 | 8:00 pm
Pixabay
Estudios científicos recientes sugieren que el origen de la enfermedad de Parkinson, trastorno del sistema nervioso central que afecta el movimiento y suele ocasionar temblores, puede estar en el apéndice, no en el cerebro como comúnmente se piensa.
El trabajo reciente, publicado en la revista de la Asociación Estadounidense para el Avance de la Ciencia, «Science Translational Medicine», en el que se analizó información de 1,6 millones de suecos durante 52 años, presenta evidencia contundente de que el origen de la enfermedad no está en el cerebro.
El estudio demostró que las personas operadas del apéndice tienen un 20% menos de probabilidad de sufrir el mal de Parkinson.
El apéndice es una bolsa localizada en la entrada del intestino grueso, tal vez, el órgano vestigial sin uso más conocido del cuerpo humano. Al analizar su contenido, se detectó la presencia de un compuesto tóxico, llamado alfa sinucleína, encontrado en el cerebro de las personas con Parkinson.
Durante mucho tiempo, la ciencia adjudicó la aparición de esta enfermedad a la acumulación de esta proteína, que ocasiona la muerte de las células cerebrales.
La científica del Instituto de Investigación Van Andel en Michigan, Estados Unidos, Viviane Labrie, examinó 48 apéndices tomados de personas con y sin Parkinson y encontró que en casi todos había sinucleína agrupada en las fibras nerviosas de esta parte del intestino.
El mal de Parkinson, cuyo tratamiento ayuda únicamente a controlar la enfermedad, afecta a más de 10 millones de personas en todo el mundo.
Los síntomas incluyen movimientos involuntarios, temblores de los dedos, manos, piernas o pies; rigidez; dificultad para equilibrar; depresión y trastornos gastrointestinales incluyendo estreñimiento.