por: Yesimar Gerdler
11/10/2018 | 8:00 pm
Pixabay
Uno de los grandes dolores de cabeza de las mujeres y de algunos hombres es la aparición de arrugas conforme envejecemos.
Las arrugas en la piel se forman como consecuencia del proceso natural de envejecimiento, el efecto de la gravedad y el movimiento de los músculos faciales. Estas líneas de expresión son inevitables e incluso confieren al rostro personalidad, pero no hay que negar que avejentan.
Existen tratamientos que ayudan a difuminarlas y mejorarlas; en casa, son muy útiles las mascarillas intensivas que nutren en profundidad y aportan a las células los nutrientes que necesitan para gesticular sin consecuencias drásticas.
Pero, si además de las arrugas, también notas la aparición de bolsas, un antifaz de frío o unas rodajas de pepino ayudan a mantener las patas de gallo y el código de barras controlados.
De cualquier modo, conservar el contorno de ojos en la nevera, es un truco válido para todo el año. En cuanto al maquillaje, las arruguitas de expresión tienen su mejor aliado en los iluminadores.
Para obtener un mejor efecto aplícalo después del sérum, un concentrado cosmético con activos más potentes que los de una crema hidratante, y antes de la base de maquillaje.
Los iluminadores aportan luz en las zonas hundidas, más oscuras, como las que crean las arrugas. Lo ideal es escoger uno o dos tonos por debajo del natural. Debes extenderlos sin exceso, con un pincel o una esponjita, para no crear fronteras cromáticas.
Si eres de las que usan mucho maquillaje, otra buena forma de disimular las arrugas es escoger una base con efecto tensor, fluida e hidratante. El objetivo es que no se acumule en los pliegues ni se pronuncien más las imperfecciones que deseas camuflar.
Además de los cuidados cosméticos, usar unas buenas gafas de sol que impidan que la luz deslumbre los ojos y se protejan frunciendo el ceño es una buena forma de retrasar la aparición de estas molestas arruguitas.