por: Yorman Sarmiento
13/11/2022 | 4:30 pm
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Según datos reflejados en el más reciente informe Planeta Vivo 2022, en las últimas cinco décadas, el delfín rosado del río Amazonas ha perdido el 65% de su población.
Dentro de los factores que han contribuido con la pérdida del delfín fluvial más grande del mundo, figura la degradación y la pérdida del hábitat, además de la contaminación industrial y acústica.
Con un peso que alcanza los 180 kilos, el delfín rosado habita las aguas dulces y oceánicas del sur de América; junto a esta especie se hallan otros delfines también amenazados como el tucuxi, el cual está catalogado “en peligro de extinción”, así como la franciscana o delfín de Plata que, de acuerdo con la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, está en la categoría de “vulnerable”.
Gran parte de estos delfines se hallan en mares templados y tropicales, además de grandes deltas y ríos de Asia y Sudamérica, ambientes que sufren la presión de la construcción de diques y presas, lo que repercute en la fragmentación de la población y dificultades en su reproducción y movimiento.
En este sentido, según el Fondo Mundial para la Naturaleza, los desechos industriales y de metales pesados, la minería ilegal, la contaminación procedente de explotaciones petroleras y plásticos han comenzado a disminuir la capacidad de supervivencia de la especie.
Mientras que los delfines de río deben enfrentarse a otros factores como el tráfico marítimo, la colisión de animales con embarcaciones y la posibilidad de ser capturados en redes de pesca.
Debido a lo anterior, las instituciones dedicadas a la conservación de especies marinas organizan acciones que están enfocadas en la lucha contra la contaminación, además de campañas de sensibilización y conservación a través de censos, vigilancia y seguimiento por satélite.