por: Yesimar Gerdler
28/07/2019 | 2:00 pm
Pixabay
Agricultores de Tailandia empezaron un mercado para comercializar baba de caracol, extraída de la especie Achatina Fulica (conocida como gigantes africanos), que pululan en los arrozales del país.
Más de 80 granjeros en la provincia de Nakhon Nayok montaron pequeños recintos a orillas de sus plantaciones donde crían a los animales.
El objetivo es vender a la empresa de cosméticos Aden varios litros de la baba que producen, recogida mediante un método que consiste en estimular las glándulas echándoles agua por encima con una pipeta. Después, la baba es purificada en un laboratorio público antes de ser comercializada.
La doctora del Thailand Institute of Scientific and Technological Research (Tistr), encargado del proceso de purificación, Somkamol Manchun, explicó que esta sustancia contiene sustancias importantes como colágeno y elastina.
La baba de caracol se incorpora en dosis ínfimas a cremas por sus supuestas propiedades antiedad. Sin embargo, hasta el momento ningún estudio científico internacional ha confirmado las supuestas propiedades de este producto «milagroso».
Los agricultores dedicados a este comercio suelen obtener ingresos que oscilan entre los 10 mil y 20 mil baht por mes, lo que representa entre 290 y 580 euros o 325 y 650 dólares.