Campo de lava del Timanfaya se contrae 0,6 cm por año

A través de investigaciones, un grupo de expertos de distintas academias e institutos de Reino Unido, revelaron que los campos de lava de Timanfaya se contraen un promedio de 0,6 centímetros por año, debido a que no se ha enfriado por completo, a pesar que ya pasaron tres siglos desde la erupción que los formó.

El estudio sugiere que los campos, ubicados en la isla canaria española de Lanzarote, pueden triplicar su espesor.

En este sentido, los expertos de la Universidad de Leeds (Reino Unido), el Instituto de Productos Naturales y Agrobiología de Tenerife (Ipna-Csic) y el Centro de Investigación en Geografía y Dinámicas de la Corteza de Japón, encabezados por Victoria Purcell y Eoin Reddin, publicaron lo que en realidad está pasando en las áreas más extensas del Parque Nacional de Timanfaya, el cual abarca unos 20 kilómetros cuadrados.

Para llegar a esta conclusión, el equipo decidió revisar tres décadas de registros de mediciones realizadas a través de satélites a una altitud relativa sobre el mar de las lavas del campo, lo que indicó que se contraen debido al enfriamiento, a una estimación de seis milímetros por año, lo que puede derivar en algunas implicaciones considerables.

Una de ellas es que, luego de los tres siglos, la lava todavía no se ha enfriado, por lo menos bajo la superficie; el segundo aspecto tiene que ver con el espesor máximo de la capa de lava la cual no es de 60 metros como se pensaba, sino que alcanza los 100 o 150 metros.

Lo anterior es demostrable, puesto que cuando los visitantes del parque entierran un puñado de paja en un metro de profundidad, el material comienza a arder, de igual manera, si se coloca agua en un tubo y se introduce a unos 10 metros, la Tierra lo regresa en forma de vapor.

La mayoría de estas características se pueden apreciar en el Islote de Hilario, un punto del parque que presenta la mayor cantidad de anomalías térmicas que se han registrado hasta el momento, además, porque se han considerado temperaturas de hasta 380 grados solo unos seis metros bajo el suelo, mientras que, si se desciende a unos tres metros, se pueden detectar unos 605 grados.