por: Elena Velásquez
17/10/2022 | 5:30 pm
@LaVanguardia
A fin de comprender los efectos del cambio climático en las zonas arboladas, científicos crearon una base de datos para registrar los casos de «mortalidad forestal».
El registro, que incluye datos de casi 700 ubicaciones dispersas por todo el planeta, y abarca el período comprendido entre 1970 y 2018;, comparó la información de la muerte de los árboles con los datos climáticos de la época, para «determinar las condiciones climáticas de calor y sequía que han causado estos episodios».
Al respecto de esto, el ecofisiólogo de plantas de la Universidad de Florida y director del estudio, William Hammond, aseguró que el objetivo de esta investigación es «que los bosques de la Tierra hablen» sobre la situación que enfrenta el planeta con el rápido incremento de las temperaturas a consecuencia de la actividad humana.
En este sentido, el científico señaló que, tras contrastar datos de estudios anteriores, que documentaron dónde y cuándo murieron los árboles, con la información climática correspondiente, se descubrió el mismo patrón en todos los casos analizados.
«A escala global, existe un patrón consistentemente más cálido y seco, lo que llamamos una huella inconfundible (como una ‘huella digital’) de sequías más calientes, que puede mostrarnos cuán inusualmente cálido o seco tiene que ser para que los bosques estén en riesgo de muerte», explicó.
Asimismo, indicó que dicha «huella» muestra que los casos de mortalidad forestal «ocurrieron consistentemente cuando los meses típicamente más cálidos y secos del año se volvían aún más cálidos y secos»; una situación que, según sus estimaciones, será un 22% más frecuente si se registra un incremento de 2 grados en la temperatura global, o incluso un 140% más frecuente si el aumento es de 4 grados.
Por su parte, el investigador de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo y coautor del trabajo, Cuauhtémoc Sáenz-Romero, resaltó que los patrones climáticos recientes también están favoreciendo la proliferación de plagas, las cuales favorecen la mortandad de árboles en todo el mundo.