por: Elena Velásquez
15/12/2019 | 3:00 pm
@SC_ESPN
El argentino Walter Herrmann alcanzó la fama, inicialmente, gracias al deporte. Jugador de baloncesto desde temprana edad, perteneció a la «Generación Dorada» y se coronó campeón Olímpico en el 2004 antes de jugar en la NBA y pasar por las filas del Flamenco de Brasil.
Sin embargo, recientemente, su historia de vida, más allá del deporte, volvió a la palestra y se viralizó en las redes sociales, como un ejemplo de que, como versa el dicho, «las promesas que se hacen a los padres, deben cumplirse».
A los 17 años, el nacido en la provincia de Santa Fe, dejó algunas materias de su último año de bachillerato sin culminar mientras se convertía en un jugador profesional de baloncesto; pero, prometió a su madre que «en algún momento» iba a terminar sus estudios y por fin se graduaría.
Lamentablemente, su familia no lo vería conquistar esta meta pues, el 18 de julio de 2003, Herrmann perdió en un accidente automovilístico a su madre, hermana y novia; un año más tarde, en la misma fecha, falleció su padre tras sufrir un infarto de miocardio.
A pesar de estos sucesos dolorosos, el deportista no olvidó su promesa, por lo que recurrió al Plan FinEs; un proyecto impulsado por el Gobierno argentino para que aquellos adultos que no pudieron cursar o, en todo caso, terminar sus estudios secundarios, puedan hacerlo bajo un formato flexible.
De esta forma, el jugador, mejor conocido como «El Conde», pudo cursar las materias que había dejado inconclusas a sus 17 años y, el pasado 22 de noviembre, anunció a través de sus redes sociales que terminó de rendir su última asignatura, pudiendo por fin, graduarse de bachiller.