Controversia científica rodea el «regreso» del lobo terrible

La reciente noticia de que la empresa Colossal Biosciences logró «desextinguir» al icónico lobo terrible, famoso tanto en la realidad prehistórica como en la ficción de «Juego de Tronos», ha generado un intenso debate en la comunidad científica.

Si bien la portada de la revista Time y el anuncio de la compañía celebran el nacimiento de los cachorros Romulus, Remus y Khaleesi como un hito de la ingeniería genética, expertos independientes cuestionan la veracidad de esta afirmación.

Diferencias genéticas

El punto central de la controversia radica en las diferencias biológicas fundamentales entre el lobo terrible, que vagaba por América hace más de 10 mil años, y los lobos grises utilizados en el experimento.

Así, el paleogenetista Nic Rawlence, de la Universidad de Otago, explica que el ADN del lobo terrible, extraído de fósiles, está demasiado degradado para permitir una clonación directa.

En su lugar, Colossal Biosciences utilizó técnicas de biología sintética para editar el genoma de lobos grises, insertando secuencias de ADN que codifican características del lobo terrible, como un cráneo más grande y pelaje blanco.

Esta manipulación genética, según Rawlence, ha resultado en la creación de un híbrido: un lobo gris con rasgos del lobo terrible, pero no una réplica exacta de la especie extinta.

Asimismo, la Dra. Beth Shapiro, bióloga de Colossal Biosciences, defiende el proyecto, argumentando que la desextinción implica recrear animales con las mismas características, y que el lobo gris es el pariente vivo más cercano del lobo terrible.

Sin embargo, la comunidad científica insiste en la importancia de la precisión en la terminología, especialmente en un campo tan delicado como la extinción.