por: Yesimar Gerdler
22/07/2019 | 2:30 pm
Pixabay
Unos 60 organismos gubernamentales y privados unieron esfuerzos para intentar preservar algunas de las 60 especies de coral que se encuentran en el Gran Arrecife de Florida, Estados Unidos.
Según explicó el profesor de Biología Marina de la Escuela Rosenstiel de Ciencias Marinas y Atmosféricas de la Universidad de Miami (UM), Andrew Baker, el objetivo es extraer del mar a un millar de estos animales que aún se encuentran sanos después de que una enfermedad endémica atacara al arrecife en los últimos cinco años.
El equipo espera poder preservar los especímenes y tratar de reproducirlos en una o dos noches «mágicas» del mes de agosto con «la complicidad» de la Luna.
Baker alertó sobre la gravedad del problema destacando que, por primera vez, una autoridad ambiental estatal permitió sacar de los Cayos de Florida estos corales, que representan unas 15 especies, antes de que enfermen.
800 de los ejemplares recolectados se encuentran bajo el cuidado del gerente del laboratorio de la escuela, David Ehrens, quien explicó que aún no tienen muy claro cómo reproducir a los corales fuera de su ambiente, debido a que en este proceso influyen muchas cuestiones físicas y químicas.
«Varias cosas les dicen a los corales que se reproduzcan, el más conocido es el ciclo lunar, y este sucede en agosto», detalló.
Por su parte, Baker señaló que «lo grandioso y fascinante de los corales es que una o dos noches al año, típicamente muchas especies de coral lanzan sus óvulos y esperma en una sola noche se mezclan, se fertilizan entre sí y producen pequeñas larvas de coral».
Sobre la enfermedad que afectó al arrecife, el experto argumentó que «probablemente» es de origen bacteriano porque «responde a los antibióticos» y que podría ser transportada por barcos, señalando que los lugares en donde ha aparecido «no coinciden realmente con los patrones de circulación natural del océano» sino «con la cercanía» de puertos.
El profesor recordó que este mal fue notado por primera vez en septiembre de 2014 cerca del Puerto de Miami, en Virginia Key, y «se ha extendido en los últimos meses a las Islas Vírgenes, Jamaica e incluso México».
Ambos científicos tienen la esperanza de que algún día, cuando pase la enfermedad, los animales sean «reintroducidos» en el mar preservando las especies y la diversidad genética.