por: Yorman Sarmiento
24/02/2023 | 5:00 pm
BBC
Un estudio realizado por Manel Esteller, profesor de genética en la Facultad de Medicina de la Universidad de Barcelona, determinó algunas de las razones del por qué muchas personas que no tienen ningún tipo de parentesco se parecen físicamente.
Los resultados de la investigación, que fueron publicados en la revista especializada Cell Reports, se tituló “Humanos parecidos identificados por algoritmos de reconocimiento facial muestran similitudes genéticas” y tuvo como objetivo «caracterizar seres humanos aleatorios que objetivamente comparten rasgos faciales».
Para obtener estos resultados, los expertos convocaron a varias personas que poseían estas características, para luego comenzar a realizar una serie de estudios profundos y determinar por qué poseen cualidades físicas similares.
En primer lugar, se captaron fotos de los participantes, posteriormente fueron analizadas con tres softwares de reconocimiento facial, parecidos a los usados en los aeropuertos o la tecnología utilizada para desbloquear los celulares.
Cuando se usan este tipo de programas en gemelos, la similitud detectada puede alcanzar 90%-100%, sin embargo, al momento de aplicarla a individuos que solo se parecían, pero no compartían ninguna relación sanguínea, se generó una tasa elevada de igualdad que alcanzó el 75%, en al menos 25 de los 32 participantes.
Asimismo, los investigadores analizaron el material de tipo biológico de las personas, a pesar que estaban en naciones diferentes, por lo que se recogieron muestras de saliva para ser analizadas.
El análisis de este elemento permitió a los científicos conocer que las parejas de estudio poseían una genética similar, “una secuencia del ADN semejante, y (el parecido) no es debido a que tengan familias en común, no hay ninguna relación entre ellos”, sino que “se debe a que eventualmente, el azar, seguramente, ha creado zonas o secuencias del ADN idénticas de estas personas”.
Finalmente, la autora de la investigación destacó que “puede parecer obvio que las personas con rasgos faciales similares también tendrían algo del mismo ADN, solo que nadie lo había probado científicamente hasta ahora”.