por: María Fernanda Pérez
09/07/2024 | 4:30 pm
Clarín
En un emocionante giro de los acontecimientos, un nuevo estudio confirmó que un fragmento de sarcófago desenterrado en 2009 bajo un centro religioso copto en Abydos, Egipto, pertenece nada más y nada menos que a Ramsés II, uno de los faraones más célebres del antiguo Egipto. Este hallazgo sin precedentes reescribe la historia y arroja luz sobre la vida y el legado de este poderoso gobernante.
El fragmento de sarcófago, elaborado en granito, fue inicialmente descubierto durante excavaciones en el yacimiento arqueológico de Abydos. Si bien su grandiosidad era evidente, la identidad de su propietario permanecía envuelta en el misterio. Sin embargo, gracias al trabajo incansable del egiptólogo francés Frédéric Payraudeau, quien descifró un cartucho ovalado con el nombre del faraón, se pudo confirmar su origen real.
Ramsés II, también conocido como Ramsés el Grande, reinó durante un período de 67 años, desde el 1279 hasta el 1213 a.C. Su mandato estuvo marcado por la expansión militar, la construcción de imponentes monumentos y un florecimiento cultural sin precedentes. Entre sus obras más emblemáticas se encuentran el Templo de Abu Simbel y el Valle de los Reyes.
Se cree que el sarcófago fue utilizado originalmente para albergar los restos momificados de Ramsés II. Sin embargo, evidencia posterior sugiere que el sarcófago fue reutilizado para otro individuo, Menkheperre, un sumo sacerdote de la dinastía XXI. Esta práctica de reutilización de objetos funerarios era común en el antiguo Egipto, y este descubrimiento nos brinda una valiosa perspectiva sobre las costumbres funerarias de la época.