por: María Fernanda Pérez
17/06/2025 | 6:30 pm
Foto de Sasha Freemind en Unsplash
Lo que alguna vez se consideró una peculiaridad cultural de Japón, los «hikikomori» –cientos de miles de jóvenes que viven recluidos en sus habitaciones, evitando todo contacto social durante años– se ha convertido en una preocupante realidad global.
Aunque Japón sigue siendo el epicentro de este fenómeno, con una cifra estimada de 541 mil personas afectadas (1.57% de la población), expertos creen que el número real es significativamente mayor y que el aislamiento social está cobrando fuerza en naciones de todo el mundo.
Lo cierto es que el término «hikikomori» fue acuñado por el psicólogo japonés Tamaki Saito en 1998 para describir tanto la condición como a quienes la padecen. Se define como una combinación de aislamiento físico y social, sumado a sufrimiento psicológico, que perdura por al menos seis meses.
Inicialmente, el fenómeno se atribuyó a las particularidades de la sociedad japonesa. Como explica Takahiro Kato, profesor de psiquiatría en la Universidad de Kyushu, la cultura japonesa, con su famoso refrán «Un clavo saliente se romperá pronto», las estrictas normas sociales, las altas expectativas parentales y la cultura de la vergüenza, crea un caldo de cultivo para sentimientos de incompetencia y el deseo de esconderse del mundo.
Ejemplos como el de Tomoki, de 29 años, quien se aisló completamente después de la presión familiar y de un líder religioso, ilustran la profunda angustia que experimentan estos jóvenes.
«No quería ver a nadie, no quería salir al exterior», relató. Las experiencias compartidas en centros de apoyo como Yokayoka en Fukuoka revelan la asfixiante presión por conformarse en un sistema educativo y social rígido.
Foto de Annie Spratt en Unsplash
Sin embargo, el creciente número de casos fuera de Japón está desafiando la noción de que el «hikikomori» es un problema puramente cultural.
Corea del Sur estimó 33 mil adolescentes socialmente aislados en 2005, y Hong Kong reportó que el 1.9% de su población vivía esta condición en 2014. El fenómeno ya se observa en países como Estados Unidos, España, Italia y Francia, lo que sugiere factores subyacentes más universales.
Un problema en España
La psiquiatra española Ángeles Malagón Amor, del Hospital del Mar en Barcelona, es testigo de esta expansión. Al encontrarse con pacientes que presentaban un aislamiento social prolongado, se sumergió en la literatura japonesa sobre los «hikikomori».
Entre 2008 y 2014, identificó 190 casos, aunque está convencida de que esta cifra es solo «la cima del iceberg» debido a la escasez de recursos psiquiátricos.
Factores contribuyentes
La complejidad del «hikikomori» radica en la multiplicidad de factores que pueden influir en su desarrollo. Alan Teo, psiquiatra de la Universidad de Salud y Ciencia de Oregon, señala que «no hay una sola explicación». Si bien muchos estudios asocian el «hikikomori» con trastornos psiquiátricos o del desarrollo, el estrés laboral y las dinámicas familiares disfuncionales también pueden ser desencadenantes.
Un tema recurrente y controversial en las investigaciones es el papel de la tecnología moderna, incluyendo internet, redes sociales y videojuegos. Aunque no hay evidencia concluyente de que la tecnología cause directamente el aislamiento, expertos como TaeYoung Choi, psiquiatra de la Universidad Católica de Daegu, Corea del Sur, sugieren que puede profundizarlo.
«Algunas personas se aíslan más usando la tecnología», afirma Choi. Malagón Amor coincide, prediciendo un aumento de casos de jóvenes socialmente aislados con adicción a internet en los próximos años.
Takahiro Kato añade que el efecto de la tecnología puede ser más sutil, con los celulares y las redes sociales haciendo que el contacto indirecto sea mucho más común que las interacciones cara a cara.