Microviolencias laborales: Reportan incremento de fugas de talento femenino

La violencia en el lugar de trabajo ha mutado. Ya no se trata solo de agresiones evidentes, sino de un fenómeno más sutil y cotidiano conocido como microviolencias laborales.

Estas conductas, que se esconden tras comentarios inofensivos, interrupciones constantes o chistes sexistas, representan la forma más común de violencia de género en el ámbito profesional, y su impacto está provocando una fuga silenciosa de talento femenino.

Las microagresiones son, según expertos, ofensas sutiles que, al repetirse, construyen un patrón de desvalorización constante que afecta profundamente a las mujeres. Se manifiestan de diversas maneras, como cuestionamientos persistentes al criterio profesional, comentarios inapropiados sobre la apariencia e interrupciones continuas durante reuniones (un 70% de las mujeres lo ha experimentado).

Lo cierto es que estos actos no son incidentes aislados; son manifestaciones de estereotipos que generan complicidad y silenciamiento dentro de los equipos, limitando la participación plena de las mujeres en decisiones estratégicas.

Identificar estas violencias, que no dejan marcas físicas, requiere atender la incomodidad. Esta reacción emocional es la principal señal de que algo no está bien. El problema es que la normalización de estas conductas convierte la incomodidad en un ciclo perpetuo.

Para frenar esta fuga de talento, las empresas tienen un papel crucial que implica un compromiso real con la transformación cultural. Es fundamental sensibilizar a todo el personal, especialmente a los líderes, sobre lo que constituye una microagresión y cómo prevenirla.

Asimismo, se deben implementar políticas claras contra las microagresiones y establecer canales de denuncia seguros que garanticen que las mujeres puedan alzar la voz sin temor a represalias. Además de brindar herramientas de resolución y garantizar que las trabajadoras se sientan respaldadas y escuchadas previene la escalada de estas conductas hacia agresiones más graves (macroviolencias.)