por: María Fernanda Pérez
18/09/2025 | 6:30 pm
Enola Holmes
Alguna vez, mientras ves un drama de época, ¿tienes la sensación de que algo no encaja? Quizás te encuentres pensando que el protagonista, con su rostro impecable, labios perfectamente simétricos y piel luminosa, parece más salido de un video de TikTok que de una película ambientada en el siglo XIX.
Esto es lo que se ha popularizado en internet bajo el término de «iPhone face», y es una conversación que está ganando fuerza entre los cinéfilos.
El concepto no se refiere a un cambio real en la estructura ósea humana, sino a la evolución en los hábitos de belleza y estilo de vida de nuestra era.
La «iPhone face» se asocia directamente a una apariencia que es el resultado de la estética moderna, incluyendo el uso de maquillaje sofisticado, los peinados contemporáneos y, de manera crucial, la influencia de procedimientos estéticos como el bótox y la cirugía plástica.
A esto se suma la búsqueda generalizada de la perfección física a través de dietas y un cuidado personal meticuloso.
Persuasion
Estas prácticas, aunque comunes en la actualidad, crean un contraste notable con la apariencia que esperaríamos de las personas en el pasado, donde las caras no se veían tan «perfectas» o retocadas.
Cuando un actor con este tipo de look contemporáneo encarna a un personaje histórico, la conexión con la historia se debilita. El espectador se siente desconectado porque la imagen del actor no coincide con la realidad de la época que se está retratando.
Algunos de los ejemplos más resaltantes son Dakota Johnson en «Persuasion», Millie Bobby Brown en «Enola Holmes» y Florence Pugh en «Little Women.»
En esencia, la «iPhone face» resalta un desafío en la dirección de casting y la producción cinematográfica: cómo lograr la autenticidad visual en una era donde la belleza ha sido homogeneizada por las redes sociales y la industria estética.