por: María Fernanda Pérez
09/10/2024 | 6:30 pm
Alberto Fernandez Fernandez/UNIVERSITY OF TORONTO
Un equipo internacional de investigadores ha desenterrado un tesoro paleontológico que está reescribiendo nuestra comprensión de la evolución de la vida en la Tierra.
El descubrimiento de un fósil de celacanto devónico excepcionalmente bien conservado en Australia Occidental ha revelado una conexión sorprendente entre la evolución de estas antiguas criaturas marinas y la actividad tectónica de nuestro planeta.
Un fósil viviente y sus misterios
Los celacantos son peces óseos que durante mucho tiempo se creyeron extintos, hasta que en 1938 se capturó un ejemplar vivo en las costas de Sudáfrica.
Estos «fósiles vivientes» han fascinado a los científicos por su apariencia primitiva y su longevidad evolutiva. El nuevo fósil descubierto, perteneciente a una especie extinta llamada Ngamugawi wirngarri, proporciona una ventana única al pasado y nos permite rastrear la evolución de estos peces a lo largo de millones de años.
De esta manera, la investigación ha demostrado que la actividad tectónica, es decir, el movimiento de las grandes placas que componen la corteza terrestre, ha desempeñado un papel fundamental en la evolución de los celacantos.
Los períodos de mayor actividad tectónica, caracterizados por la formación de nuevas montañas, la apertura de océanos y la fragmentación de continentes, coincidieron con un aumento en la tasa de aparición de nuevas especies de celacantos.
Los cambios geológicos a gran escala pueden fragmentar los hábitats y crear nuevas barreras geográficas, lo que aísla a las poblaciones de organismos y promueve la aparición de nuevas especies a través de un proceso conocido como especiación.
En el caso de los celacantos, la actividad tectónica habría generado una mayor diversidad de ambientes marinos, lo que a su vez habría impulsado la evolución de nuevas adaptaciones y la diversificación de estas criaturas.
La comprensión de la evolución
Este descubrimiento tiene importantes implicaciones para nuestra comprensión de la evolución en general. Demuestra que los factores geológicos, como la tectónica de placas, pueden actuar como motores de la evolución, interactuando con los procesos biológicos para dar forma a la diversidad de la vida en la Tierra.
Además, subraya la importancia de estudiar los fósiles para reconstruir la historia de la vida en nuestro planeta. Los fósiles no solo nos proporcionan información sobre las especies que vivieron en el pasado, sino que también nos permiten comprender los procesos evolutivos que dieron lugar a la biodiversidad que observamos hoy en día.
Este descubrimiento abre nuevas y emocionantes líneas de investigación. Los científicos están ansiosos por explorar en mayor profundidad la relación entre la tectónica de placas y la evolución de otros grupos de organismos.
Además, el estudio de los fósiles de celacanto puede proporcionar pistas importantes sobre la evolución de los vertebrados terrestres, ya que los celacantos comparten un ancestro común con los tetrápodos, el grupo que incluye a todos los animales terrestres vertebrados.