por: Edgar Pilca
13/06/2023 | 6:00 pm
FASEP
El hongo Sporothrix brasiliensis fue descubierto a mediados de la década de 1990 en Brasil, pero con el paso del tiempo se extendió a algunos estados y otros países. Hoy en día, es considerado como un problema que afecta no solo a los gatos, sino también a los perros e incluso a los humanos.
La transmisión comenzó de gatos callejeros a personas en la ciudad Río de Janeiro, pero ya han detectado casos en Argentina, Paraguay, Bolivia, Colombia y Panamá, así como dos casos en Reino Unido y Estados Unidos.
Según reseñan varios medios internacionales, los hongos de este género aparecían en el suelo y en algunas plantas, pues son especies esenciales para la descomposición de la materia orgánica. Sin embargo, ahora muchos felinos que vemos en la calle pueden ser portadores del mismo.
Expertos explican que el Sporothrix brasiliensis se ha adaptado a los gatos, ya que estos animales transitan de un territorio a otro, pueden cruzar fronteras e infectarse. Además, al tener contacto con otros felinos por disputas, comida o apareamiento, se muerden o rasguñan y se pueden transmitir el patógeno.
En los animales, provoca una enfermedad diseminada que se caracteriza lesiones en la cara y en las patas.
Pero todo no queda allí, ya que los felinos suelen tener contacto directo con perros y humanos. Por lo tanto, a raíz de la proximidad y cercanía que existe, se puede transmitir el hongo muy rápido.
Estudios realizados en Brasil reseñaron que en los humanos este patógeno causa una enfermedad conocida como «esporotricosis», que se infiltra en las capas superficiales de nuestra piel, coloniza el tejido subcutáneo y provoca heridas. Además, invade el sistema linfático, afecta los ojos, la nariz y los pulmones.
En la mayoría de los casos estudiados en el gigante sudamericano, todas las personas afectadas tuvieron contacto en casa o en el trabajo con gatos que también padecían esta enfermedad, y muchos fueron mordidos o arañados por los felinos.
No obstante, existen otras investigaciones señalan que la propagación del hongo en varios países de América Latina tiene que ver con las ratas, ya que los roedores pueden ser portadoras del Sporothrix brasiliensis y, al ser cazadas por los felinos, estos se infectan automáticamente y comienza el ciclo contagioso.