por: MarÃa Fernanda Pérez
07/12/2025 | 6:30 pm
cottonbro studio en pexels
El término «Brainrot» (en su traducción: «cerebro podrido») ha trascendido las redes sociales para convertirse en un tema de seria preocupación para especialistas en salud, educación y ciberseguridad.
Aunque no es un diagnóstico clÃnico, este concepto describe el deterioro cognitivo y la sobreestimulación mental causada por el consumo excesivo y constante de videos de formato corto (VFC) en plataformas digitales.
Una de las revisiones sistemáticas más amplias hasta la fecha, analizando 71 investigaciones y más de 98 mil participantes, arrojó datos alarmantes que confirman la preocupación sobre el brainrot. El patrón es claro y consistente: a mayor consumo de VFC, mayor es el deterioro de funciones cognitivas esenciales.
El estudio vincula el uso intensivo de videos cortos con:
Diseño adictivo y consecuencias
Los expertos señalan que este fenómeno no es accidental. Las plataformas están diseñadas con una arquitectura persuasiva, utilizando algoritmos que ofrecen gratificaciones inmediatas e infinitas a través del mecanismo de «scroll infinito».
Este diseño alimenta patrones de repetición y micro-recompensas que condicionan al cerebro a buscar la estimulación constante.
Esto causa una menor tolerancia al aburrimiento y dificultad para sostener tareas que requieren atención profunda.
Asimismo, el meta-análisis también muestra una correlación clara entre el consumo excesivo y un aumento en sÃntomas de ansiedad, depresión y estrés, exacerbados por la comparación constante y la sensación de insatisfacción persistente.