por: Elena Velásquez
14/12/2023 | 6:00 pm
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La leche es uno de los productos alimenticios más consumidos en todo el mundo, pero también es el origen de alergia e intolerancia en muchas personas, especialmente, si se trata de infantes.
Sin embargo, aunque tanto la intolerancia como la alergia a este alimento comparten síntomas, afectan al organismo de forma diferentes, por lo que, en muchas ocasiones, suelen dificultar el diagnóstico certero de cada una.
Es por ello que te explicamos cómo puedes aprender a diferenciarlas.
En primer lugar, se debe tener claro que la alergia es una reacción físico-química del organismo ante componentes extraños que nuestro sistema inmunológico no logra neutralizar inmediatamente; en este caso, la proteína de leche.
En este sentido, las personas alérgicas a la proteína de la leche presentan, inmediatamente luego del consumo de este líquido, síntomas como enrojecimiento y picazón en la piel, nauseas, vómitos, sensación de asfixia, diarrea u otra sensación similar a estas.
A diferencia, la intolerancia se produce cuando el organismo presenta dificultades e incluso, es incapaz, de absorber la lactosa, que es el principal azúcar que se encuentra presente en la leche y otros productos de origen lácteo.
En este caso, se puede presentar hinchazón abdominal, gases, flatulencias e incluso los mismos síntomas que en el caso de la alergia a la proteína de la leche; sin embargo, el punto diferencial está en que, cuando se trata de intolerancia a la lactosa, estos síntomas no aparecen de manera inmediata.
Asimismo, la intolerancia es un padecimiento controlable, mientras que, la alergia, es una reacción que puede derivar, en los peores casos, en la muerte de los pacientes.
Sin embargo, es importante recordar que, en caso de presentar cualquier tipo de reacción u padecimiento luego de ingerir leche, se debe acudir a un especialista médico para recibir un diagnóstico y descartar una posible complicación.