por: Edgar Pilca
06/11/2025 | 8:30 pm
Mike González en Pexels
La antigua creencia de que el arte nutre el alma recibió un sólido respaldo científico. Un estudio reciente proporcionó «pruebas convincentes» de que la contemplación de obras de arte originales en un entorno de galería no solo conmueve la emoción, sino que también ofrece beneficios inmediatos y tangibles para la salud, al reducir drásticamente los niveles de estrés y frenar la inflamación corporal.
La investigación, realizada por expertos del King’s College de Londres, determinó que las personas que se sumergieron en la visión de obras maestras de artistas de la talla de Manet, Van Gogh y Gauguin registraron mejoras significativas en sus sistemas inmunitario, hormonal y nervioso autónomo.
Para este experimento, 50 adultos sanos fueron divididos en dos grupos. La mitad tuvo el privilegio de contemplar cuadros originales en una galería de arte londinense durante unos 20 minutos, mientras que el otro grupo vio copias de las mismas obras en un entorno de laboratorio.
Los investigadores midieron los cambios fisiológicos de los participantes mediante sensores médicos y, de manera crucial, a través de muestras de saliva para analizar biomarcadores clave:
El equipo de Woods destacó que el hecho de que contemplar arte original redujera estos marcadores sugiere que las experiencias culturales pueden desempeñar un papel real en la protección de mente y cuerpo.
Además de los cambios hormonales e inmunitarios, los asistentes a la galería mostraron una mayor variabilidad en sus latidos y un descenso en la temperatura de la piel, indicadores fisiológicos que apuntan a una estimulación emocional más profunda y genuina al estar frente a la obra auténtica.
Estos beneficios fueron notablemente ausentes en el grupo que observó las reproducciones.
Las obras que formaron parte de esta «terapia artística» incluyeron joyas como «Un bar en el Folies-Bergère» y «Orillas del Sena en Argenteuil» de Édouard Manet, y el icónico «Autorretrato con la oreja vendada» de Vincent van Gogh.
Este estudio proporciona un fuerte argumento a favor de la inclusión de las artes y la cultura como un componente vital de un estilo de vida saludable, sugiriendo que una visita regular al museo podría ser tan beneficiosa como una sesión de ejercicio o una dieta equilibrada.