por: Edgar Pilca
29/05/2025 | 5:30 pm
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El hielo, ese elemento tan común en nuestras cocinas, esconde un gran potencial para el cuidado de la piel. Aplicarlo en el rostro de forma estratégica puede convertirse en un aliado poderoso para lucir una piel más radiante y saludable.
Es por ello que hoy te revelamos los beneficios de esta práctica milenaria para que disfrutes de sus resultados al máximo:
Combate la hinchazón y las ojeras: El frÃo del hielo actúa como un vasoconstrictor, reduciendo la inflamación y la acumulación de lÃquidos en la zona del contorno de ojos y otras áreas propensas a la hinchazón.
Descongestiona y minimiza los poros: El hielo ayuda a desinflamar los folÃculos pilosos, combatiendo la congestión y reduciendo la apariencia de poros dilatados.
Mejora la circulación sanguÃnea: Un ligero masaje facial con hielo estimula la circulación sanguÃnea, aportando un tono más rosado y saludable a la piel.
Tonifica y reafirma la piel: El frÃo activa la producción de colágeno y elastina, dos proteÃnas esenciales para la firmeza y elasticidad de la piel.
Alivia la piel irritada: El efecto calmante del hielo es ideal para calmar la piel irritada o inflamada por acné, rosácea o exposición solar excesiva.
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Además, te brindamos algunos consejos para su correcta aplicación en tu rostro.
Protege tu piel: Envuelve el hielo en una toalla suave o paño para evitar el contacto directo con la piel y posibles molestias.
Modera la aplicación: Limita las sesiones de hielo a 20 minutos como máximo para prevenir irritaciones.
Movimientos circulares: Realiza suaves movimientos circulares con el hielo sobre el rostro para una distribución uniforme del frÃo.
Rutina de cuidado completa: Combina el uso del hielo con una rutina de cuidado de la piel adecuada a tu tipo de piel para obtener resultados óptimos.
Precaución en pieles sensibles: Si tienes piel sensible, rosácea o acné, consulta con un dermatólogo antes de aplicar hielo.