Descubre algunos tips para la alimentación de niños con TDAH

El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad, o TDAH, es un trastorno neurobiológico que afecta entre un 5 y 10% de los niños, dificultando que mantengan el control de sus impulsos en cualquier situación; motivo por el que deben ser medicados.

Sin embargo, el tratamiento de estos infantes no solo requiere de fármacos, sino de una buena alimentación, puesto que las medicinas pueden disminuir o incrementar su apetito de manera radical, generar estreñimiento o diarrea y, por tanto, variaciones en el peso.

Por ello, te presentamos algunos tips para lograr que los niños con esta condición médica puedan nutrirse correctamente.

Estipular horarios y menús

Lo primero que los padres y responsables de los niños deben hacer es estipular los horarios en los que deben ingerir alimentos, así como el menú de cada uno de ellos, procurando platos balanceados.

De esta forma, el menor aprenderá cuál es la hora de comer y podrá irse acostumbrando a llevar el ritmo diariamente, sin que esto le genere un estrés mayor.

Incrementar la hidratación

Generalmente, los especialistas recomiendan que los niños con hiperactividad practiquen diariamente algún tipo de deporte u actividad física que les ayude a liberar tensión y energía, de manera que al finalizar el día puedan conciliar el sueño con menor dificultad.

En este sentido, es necesario darles a tomar no solo agua, sino también yogur, leche y jugos naturales, que les permita mantener la hidratación del cuerpo.

Incluir alimentos ricos en aminoácidos

En algunos infantes con TDAH, aminoácidos como el triptófano, la metionina, la fenilalanina y la tirosina, suelen mantenerse en niveles inferiores a los recomendables.

Para evitar que esto ocurra, es necesario incluir en la dieta diaria alimentos como huevos, pescado, carne, frutos secos y verduras, especialmente las que tienen hojas verdes.

Cuidar el consumo de estimulantes

Productos como el café, refrescos, chocolate y otros tipos de golosinas, acentúan la hiperactividad e impulsividad en los niños, especialmente si se ingieren en grandes cantidades o con frecuencia.

Por ello, es necesario cuidar su consumo y limitarlo, de acuerdo a las orientaciones que se reciban por parte del médico tratante.

Asimismo, se debe estar atento al consumo de colorantes, pues algunas de estas sustancias también suelen favorecer la sintomatología del trastorno.