por: Yesimar Gerdler
24/08/2021 | 3:00 pm
Pixabay
Recientemente, la Consejería de Salud y Familias de España informó que una persona fue ingresada en un hospital de Sevilla por meningoencefalitis, patología provocada por el virus del Nilo Occidental.
Hace un par de meses se notificó que un hombre de 35 años había contraído dicho virus, por lo que fue ingresado en la unidad de cuidados intensivos de centro de salud de dicha localidad; no obstante, posteriormente los médicos descartaron que se tratara de esta enfermedad.
Sin embargo, el pasado 30 de julio, el alcalde de la localidad andaluza de Coria del Río, Modesto González, alertó que las muestras recogidas en los arrozales del Bajo Guadalquivir mostraban en los mosquitos de la zona «una carga vírica de intensidad equiparable a la del brote del 2020», que dejó 77 infectados y siete fallecidos en la nación ibérica.
El virus del Nilo Occidental, que hasta el momento no tiene vacuna ni tratamiento específico, se transmite a través de la picadura de un mosquito que, a su vez, lo ha contraído al alimentarse de aves infectadas, que son las principales portadoras del patógeno.
Los principales síntomas de esta enfermedad son fiebre, dolor de cabeza, dolor en el cuerpo, dolor en las articulaciones, vómitos, diarrea, debilidad muscular o parálisis. Además, una vez recuperado el paciente, la fatiga y la debilidad pueden persistir durante semanas o meses.
En los casos más críticos se puede presentar enfermedad neurológica grave, como encefalitis o meningitis; y, según los estudios, alrededor del 10% de estos últimos pacientes fallecen.
De acuerdo a los expertos, aunque el virus del Nilo Occidental no posee ninguna relación con el Sars-CoV-2, responsable de la pandemia del Covid-19, sí guarda ciertas similitudes con él, ya que entre el 70 y el 80% de las personas infectadas no presentan síntomas.
Por otra parte, el colectivo de riesgo incluye a las personas mayores de 60 años y a aquellas con patologías previas, como cáncer, diabetes, hipertensión o enfermedad renal.