El Café y la vejez: ¿Amigos o enemigos?

El café, ese elixir que despierta nuestros sentidos y nos acompaña en el día a día, ha sido objeto de numerosos estudios que exploran sus beneficios y riesgos para la salud.

Si bien es cierto que el consumo moderado de café se ha asociado con diversos beneficios, como una mejora en la función cognitiva y una reducción del riesgo de ciertas enfermedades, la relación entre el café y la edad es un tema que ha generado gran interés.

¿Por qué el café y la edad van de la mano?

A medida que envejecemos, nuestro cuerpo experimenta cambios fisiológicos que pueden alterar la forma en que metabolizamos la cafeína, el principal compuesto activo del café.

Uno de los cambios más notables es la disminución del metabolismo, lo que significa que la cafeína permanece más tiempo en nuestro organismo. Esto puede provocar que experimentemos efectos secundarios como:

• Insomnio: La cafeína es un potente estimulante que puede dificultar el sueño, especialmente si se consume cerca de la hora de acostarse.
• Ansiedad: La cafeína puede aumentar los niveles de ansiedad y nerviosismo en algunas personas.
• Aumento de la presión arterial: El consumo excesivo de cafeína puede contribuir a elevar la presión arterial, lo cual es un factor de riesgo para enfermedades cardiovasculares
• Acidez estomacal: Puede irritar el revestimiento del estómago y provocar acidez.

Beneficios del café en adultos mayores

A pesar de los posibles efectos secundarios, el café también puede ofrecer beneficios para la salud de las personas mayores. Algunos de esto son:

• Protección contra enfermedades neurodegenerativas
• Mejora del estado de ánimo
• Mayor rendimiento físico

Lo cierto es que, no existe una respuesta única para todos, ya que la tolerancia a la cafeína varía de una persona a otra. Sin embargo, se recomienda no superar los 400 mg de cafeína al día, lo que equivale a aproximadamente cuatro tazas de café filtrado.