El secreto de una manicura impecable: ¡Cuida tus cutículas!

¿Te ha pasado que te haces una manicura perfecta y a los pocos días ya se ve descuidada? La clave para que tu esmalte dure mucho más y tus uñas luzcan saludables no está solo en la aplicación, sino en un paso que a menudo pasamos por alto: el cuidado adecuado de tus cutículas. Lejos de ser un simple detalle estético, la cutícula es fundamental para la salud de tus uñas y, por ende, para la longevidad de tu manicura.

¿Por qué son tan importantes las cutículas?

Desde un punto de vista dermatológico, la cutícula es una fina capa de piel no viva que sella el espacio entre la uña y el lecho ungueal. Su función principal es actuar como una barrera protectora contra bacterias, hongos y otras infecciones. La Academia Americana de Dermatología advierte que manipular o cortar la cutícula de forma agresiva puede dañar esta barrera natural, aumentando el riesgo de infecciones e inflamación.

Así, un estudio publicado en el Journal of Cosmetic Dermatology subraya la importancia de mantener la cutícula hidratada para prevenir la sequedad y el agrietamiento. Las cutículas secas tienden a levantarse, lo que no solo afecta la apariencia de tu manicura, sino que también crea pequeñas fisuras por donde pueden entrar los gérmenes.

Hidratación y suavidad

Lo cierto es que el verdadero secreto para cuidar tus cutículas y asegurar una manicura duradera reside en la hidratación y un manejo suave. La recomendación de los expertos es clara: en lugar de cortar toda la cutícula, lo ideal es empujarla suavemente hacia atrás después de ablandarla. Esto preserva su función protectora sin comprometer la estética.

¿Cómo cuidar tus cutículas correctamente?

Aquí te dejamos los pasos esenciales para integrar el cuidado de las cutículas en tu rutina de belleza:

Hidratación diaria con aceite para cutículas: Este es tu mejor aliado. Elige un aceite rico en ingredientes emolientes como el aceite de jojoba, almendras dulces o vitamina E. Aplícalo diariamente, preferiblemente antes de dormir, para nutrir la piel y mantenerla flexible. Unas cutículas bien hidratadas son más resistentes y menos propensas a romperse o levantarse. Además, una cutícula sana permite que el esmalte se adhiera mejor a la uña, prolongando su duración.

Ablandar antes de manipular: Antes de empujar tus cutículas, asegúrate de ablandarlas. Esto se puede lograr sumergiendo tus manos en agua tibia por unos minutos o aplicando un removedor de cutículas suave.

Empujar suavemente, no cortar: Con un palito de naranjo o un empujador de cutículas de goma, empuja cuidadosamente la cutícula hacia la base de la uña. Evita aplicar fuerza excesiva o usar herramientas metálicas afiladas que puedan dañarla. Recuerda que la cutícula protege tus uñas, y cortarla por completo puede dejar la uña expuesta a infecciones.

Evita arrancar o morder las cutículas: Estos hábitos pueden causar microtraumatismos y abrir la puerta a bacterias y hongos, además de dañar la matriz de la uña, lo que puede llevar a un crecimiento irregular o débil.