por: María Fernanda Pérez
04/05/2024 | 5:30 pm
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Uno de los aspectos más fundamentales al hacer ejercicio es el control de la respiración, pues este está vinculado directamente con el rendimiento físico.
El proceso de respirar cambia cuando el cuerpo pasa de estar en reposo a hacer actividades físicas más demandantes. Los músculos empiezan a trabajan más intensamente, pues se está consumiendo mucho más oxígeno y produciendo CO₂.
La frecuencia pasa de 15 respiraciones por minutos a unas 40 o 60 y por ende, aumenta la cantidad de aire que ingresa al cuerpo, pasando de 12 a 100 litros.
Es así que el sistema respiratorio se encarga de mantener constante la acidez de la sangre, por la expulsión del CO₂.
Además, el oxígeno llega a los músculos mediante de la sangre gracias a los glóbulos rojos, específicamente por la macromolécula llamada hemogloblina y para que una molécula de oxígeno sea captada por ella en los glóbulos que pasan por el pulmón, se necesita otra de CO₂, para que el oxígeno se suelte en su destino.
De este modo, es importante recordar que al hacer ejercicio no solo hay que guiarse por la intuición. Por ejemplo, si bien en ocasiones al estar en actividad la reacción primaria es respirar por la boca, esta es una práctica muchas veces dañina, pues se corre el riesgo de perder demasiado CO₂.
De hecho, una investigación reciente concluyó que la respiración nasal es factible para la mayoría de las personas en niveles moderados de ejercicio aeróbico.
Sin embargo, la situación es diferente cuando se está en condiciones más exigentes.s Con un esfuerzo mayor, los atletas cambian su respiración a la boca automáticamente, alternando consecutivamente con la nariz.
La excepción a esto resulta ser el pilates, modalidad en la que la respiración juega un papel central. En este caso, es del tipo nariz-boca, por la ejecución que involucra a los músculos alrededor de la caja torácica.
Hay estudios realizados en personas de edad avanzada que prueban que la respiración de pilates es buena para fomentar la activación de los músculos al hacer ejercicio, incluyendo la alineación de la columna y la pérdida del equilibrio.