por: María Fernanda Pérez
17/04/2024 | 5:30 pm
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La carne y el pollo forman parte integral de la gastronomía mundial. Sin embargo, disfrutar de estos platillos sin tomar las debidas precauciones puede acarrear serios riesgos para la salud, ya que la carne cruda o el pollo poco cocido pueden albergar bacterias y parásitos dañinos que causan enfermedades transmitidas por alimentos (ETAs).
Entre las principales bacterias que se encuentran en la carne cruda y el pollo poco cocido se encuentran Salmonella, Campylobacter Escherichia coli (E. coli), Listeria monocytogenes y Toxoplasma gondii.
Además de las bacterias, los parásitos como la triquina (causante de dolores musculares, fiebre, náuseas y vómitos) y las tenias (que pueden provocar dolor abdominal, diarrea, pérdida de peso y anemia) también pueden estar presentes en la carne cruda o mal cocinada.
Prevención
Para prevenir las ETAs al consumir carne y pollo, es fundamental cocinarlos a una temperatura interna segura:
Si luego de consumir carne cruda o pollo poco cocido experimentas síntomas como diarrea, náuseas, vómitos, fiebre o dolor abdominal, busca atención médica de inmediato. Estos síntomas podrían indicar una ETA que requiere tratamiento oportuno para prevenir complicaciones graves.
La seguridad alimentaria es una responsabilidad compartida que involucra a todos los actores de la cadena alimentaria, desde los productores hasta los consumidores.
Elegir carne de fuentes confiables, manipularla adecuadamente en el hogar y cocinarla a la temperatura adecuada son acciones esenciales para prevenir las ETAs y proteger la salud de las personas.