por: María Fernanda Pérez
15/06/2024 | 5:30 pm
Red Cenit
La procrastinación, ese hábito de posponer tareas o responsabilidades hasta el último momento, es un problema más común de lo que se piensa. Afecta a personas de todas las edades y entornos, y puede tener un impacto significativo en nuestra salud emocional.
La interrogante es simple: ¿Cómo afecta a nuestro bienestar emocional? A continuación, te hablaremos un poco más sobre el tema:
Aumenta el estrés y la ansiedad
La presión de tener que completar las tareas a última hora puede generarnos una gran cantidad de estrés y ansiedad. Esto puede llevar a irritabilidad, dificultad para concentrarse, problemas para dormir y, en casos más severos, incluso a ataques de pánico.
Disminuye la autoestima
Cuando procrastinamos, nos sentimos mal con nosotros mismos por no cumplir con nuestras obligaciones. Esto puede dañar nuestra autoestima y hacernos sentir incapaces de alcanzar nuestras metas.
Genera sentimientos de culpa y vergüenza
La culpa y la vergüenza son emociones comunes que experimentamos cuando procrastinamos. Estos sentimientos pueden empeorar nuestra salud emocional y hacernos sentir aún más desmotivados.
¿Cómo superarla?
Afortunadamente, existen estrategias que podemos implementar para superar la procrastinación y mejorar nuestro bienestar emocional: