por: Elena Velásquez
23/08/2025 | 6:30 pm
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Según un estudio realizado por investigadores del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de Argentina (CONICET), las lámparas LED que se emplean para el secado de esmaltes semipermanentes alteran las moléculas de la piel.
De acuerdo con la investigación, que fue publicada en la revista Chemical Research in Toxicology, la radiación ultravioleta (UV) que emiten estas lámparas «puede inducir alteraciones químicas en diversas moléculas que cumplen funciones clave en la estructura y defensa del tejido cutáneo».
«Tras una exposición de cuatro minutos (lo que dura un ciclo típico de manicura), observamos que todos los compuestos estudiados sufren modificaciones que conducen a una alteración de sus funciones biológicas», explicó al respecto Mariana Serrano, quien formó parte del equipo investigador liderado por María Laura Dántola del Instituto de Investigaciones Fisicoquímicas Teóricas y Aplicadas (INIFTA, CONICET-UNLP).
En relación a esto, la investigadora Mariana Vignoni (quién también participó del estudio) señaló que las reacciones que se generan en la piel de las al estar expuestas a estas lámparas LED son «procesos que, de una u otra forma, derivan en la muerte celular».
«El ejemplo más claro en este caso es la acción que se produce sobre la tirosinasa, una de las enzimas que participan de la síntesis de melanina, el pigmento natural que da el color a la piel y el pelo y que nos protege de los efectos de la radiación del Sol. Una vez que esa función se altera o desaparece, el cuerpo pierde esa protección natural, y de ahí todos los daños que se puedan producir», detalló.
Partiendo de esto, los expertos señalaron que «el mecanismo observado se conoce como fotosensibilización e implica que, ante la exposición a radiación UV, algunas moléculas se transforman químicamente en otras que absorben luz y pueden inducir daño en lípidos y proteínas de la piel»; lo que genera efectos adversos como el incremento de la «susceptibilidad de la piel frente a agentes externos, alterando la respuesta inmunológica local y comprometiendo mecanismos de reparación», pudiendo derivar incluso en «condiciones médicas como fototoxicidad, fotoalergias y, en algunos casos, cánceres cutáneos».