por: María Fernanda Pérez
12/05/2025 | 5:30 pm
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Tener desacuerdos es una parte inevitable de la interacción humana. De hecho, los expertos señalan que las discusiones pueden ser saludables, permitiéndonos expresar emociones y buscar soluciones a los conflictos.
Sin embargo, para algunas personas, estas confrontaciones pueden desencadenar una respuesta fisiológica intensa: el llanto. La psicología ha explorado este fenómeno, ofreciendo luz sobre por qué las lágrimas a menudo acompañan a las peleas.
Según expertos, el llanto en medio de una conversación tensa no es necesariamente un signo de debilidad, sino más bien una forma de autoconsuelo.
El cuerpo, al percibir una situación como emocionalmente desafiante, reacciona buscando protegerse. Este acto fisiológico ayuda a regular las sensaciones abrumadoras y promueve una respiración más pausada, facilitando el retorno a un estado de calma.
Este comportamiento se conoce también como “lágrimas de ira”, y lo cierto es que lejos de ser una manifestación de fragilidad, se considera una técnica autogestiva instintiva.
Al priorizar la tranquilidad, el llanto puede prevenir que la discusión escale a niveles más conflictivos e incluso irreversibles, al menos desde la perspectiva de la persona que experimenta esta respuesta.
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Estrategias para manejar el impulso de llorar en una discusión:
Aunque el llanto puede ser una respuesta natural, algunas personas desean tener más control sobre esta reacción en momentos de tensión. Algunos tips son:
1. Controla tu respiración: En el fragor de la discusión o incluso anticipándola, enfócate en respiraciones lentas y conscientes. Contar mentalmente del 1 al 10 al inhalar y exhalar puede ayudar a regular el sistema nervioso.
2. Bebe agua: Tener un vaso de agua a mano y beber sorbos lentos puede proporcionar una distracción física y mental, a la vez que se practican ejercicios de respiración.
3. Cambia de lugar o muévete: Modificar la ubicación física o realizar movimientos suaves puede dispersar la atención de la mente y relajar los músculos, fomentando una mayor claridad emocional e intelectual.
4. No permitas que el llanto te silencie: Si las lágrimas son inevitables, es crucial recordar que llorar no invalida tus sentimientos ni tus argumentos. Permítete expresar tus opiniones a pesar del llanto.