por: María Fernanda Pérez
28/09/2023 | 9:30 pm
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Los mosquitos son unos de los insectos más peligrosos del mundo, ya que pueden transmitir enfermedades mortales como la malaria, el dengue o el zika.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los mosquitos y las enfermedades que propagan han matado a más personas que todas las guerras de la historia juntas. Por eso, es importante entender cómo se comportan estos insectos y qué los atrae hacia nosotros.
El dióxido de carbono, el primer señuelo
Estos animales tienen un sentido del olfato muy desarrollado, que les permite detectar el dióxido de carbono (CO₂) que exhalamos al respirar. Este gas es el primer señuelo que usan los mosquitos para localizar a sus posibles víctimas.
Sin embargo, el CO₂ no explica por qué los mosquitos prefieren a unas personas más que a otras. Todos los seres humanos lo emitimos al mismo ritmo, independientemente de nuestro sexo, edad o estado de salud.
Por tanto, el CO₂ no es suficiente para discriminar entre distintos individuos.
Los olores corporales son la clave
Además del CO₂, los mosquitos pueden percibir otros compuestos químicos que desprendemos por el sudor, el aliento o la piel. Estos compuestos varían según nuestra genética, nuestra dieta, nuestro ciclo hormonal o nuestro estado de ánimo.
Algunos son especialmente atractivos para ellos, como el ácido láctico, el ácido úrico, el amoníaco o el octenol. Otros, en cambio, pueden actuar como repelentes naturales, como el limoneno o el eucaliptol.
Según diversos estudios, los mosquitos pueden elegir a sus víctimas en función de la proporción y la combinación de estos compuestos en nuestro cuerpo.
Por ejemplo, se ha observado que los mosquitos prefieren picar a las personas con sangre tipo O, a las embarazadas, a las personas con sobrepeso o a las que han consumido alcohol o cerveza.
Factores ambientales
No solo nuestros olores influyen en la atracción de los mosquitos, también lo hacen las condiciones ambientales, como la temperatura y la humedad.
Los mosquitos son más activos cuando hace calor y humedad, ya que estas condiciones favorecen su desarrollo y su reproducción.
Asimismo, pueden detectar el calor corporal que emitimos y usarlo como una guía para acercarse a nosotros.
La luz y el color
Otro factor que puede influir en la atracción de estas plagas es la luz y el color. Los mosquitos tienen una vista limitada, pero pueden percibir contrastes entre objetos claros y oscuros.
Por eso, se sienten más atraídos por las luces artificiales o por las prendas de ropa oscuras.
Pese a esto, la luz y el color solo son relevantes cuando los mosquitos están cerca de nosotros. A distancia, los mosquitos se guían principalmente por el olfato y el calor.