por: Elena Velásquez
09/01/2024 | 7:30 am
El Confidencial
Un estudio publicado en la revista International Journal of Molecular Sciences señala que los microplásticos no solo penetran al organismo, sino que una vez en él pueden alojarse en el cerebro y causar cambios de comportamiento.
Durante la investigación, se usaron ratones que fueron “expuestos a distintos niveles de microplásticos a través del consumo de agua durante el transcurso de tres semanas” y que, pasado este tiempo, “comenzaron a moverse y comportarse de manera peculiar, con síntomas parecidos a los de la demencia en humanos”.
En este sentido, se conoció que los roedores más viejos experimentaron cambios aún más acuciados que los ejemplares más jóvenes y que, pese a que ingerían los microplásticos por vía oral, estas partículas se expandieron a otros tejidos de forma “sorprendente”.
«La detección de microplásticos en tejidos como el corazón y los pulmones sugiere que los microplásticos van más allá del sistema digestivo y probablemente pasan por circulación sistémica. Se supone que la barrera hematoencefálica es muy difícil de atravesar. Es un mecanismo de protección contra virus y bacterias, pero estas partículas lograron entrar allí. En realidad, han penetrado en lo profundo del tejido cerebral», explicó el líder de la investigación, Jaime Ross.