por: María Fernanda Pérez
22/08/2023 | 9:30 pm
Pixabay
Portugal fue testigo de un hecho histórico: el nacimiento del primer bebé concebido por inseminación post-mortem, una técnica que permite a una mujer utilizar el material genético de su pareja fallecida para tener un hijo.
El bebé se llama Guilherme y nació el pasado lunes, 16 de agosto, en el Hospital de Santa Maria, en Lisboa, con 3,915 kilos y 50,5 centímetros. Su madre es Ángela Ferreira, una mujer de 37 años que perdió a su marido Hugo Neves Ferreira en 2019, a causa de un cáncer.
«Hoy nuestro mundo quedó más iluminado (…) Es un niño lleno de salud. ¡Gracias mi amor Hugo Neves Ferreira por haberme escogido para este sueño!», escribió ella a través de su redes sociales.
Ángela y Hugo tenían el sueño de formar una familia, pero la enfermedad se lo impidió. Antes de morir, Hugo dejó por escrito su voluntad de que su esposa pudiera usar el semen que había criopreservado para cumplir su deseo.
Sin embargo, la ley portuguesa no permitía la inseminación post-mortem, por lo que Ángela inició una campaña para cambiarla.
Con el apoyo de más de 100 mil firmas, logró que el Parlamento aprobara una ley que autoriza este procedimiento en casos de proyectos parentales expresamente consentidos y en un plazo de entre seis meses y tres años tras la muerte del donante.