por: Elena Velásquez
28/04/2025 | 5:30 pm
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Un reciente estudio del Instituto Weizmann de Ciencia en Israel ha descubierto una posible conexión entre la falta del sentido del olfato, médicamente denominada «anosmia», y alteraciones respiratorias.
De acuerdo a la investigación, que fue liderada por los científicos Lior Gorodisky y Noam Sobel, las personas con anosmia presentan «patrones de respiración significativamente diferentes en comparación con aquellos con un olfato funcional».
A propósito de esto, los expertos pensaban que existían «complejas interconexiones» entre el sentido del olfato y la forma de respirar y que, a su vez, los «patrones de respiración» jugaban un papel importante «en la salud, la emoción y la cognición de las personas».
Esta hipótesis, también tomaba en cuenta que, las personas con anosmia tienen más probabilidad de desarrollar ciertas patologías en comparación con aquellas que tienen su olfato funcional.
Partiendo de esto, se realizó un experimento con 21 personas con olfato y 31 personas sin este sentido, a las cuales se les controló, durante 24 horas seguidas, sus patrones respiratorios «mediante un dispositivo portátil que medía el flujo de aire nasal».
Así, pudieron notar que «aunque todos los participantes respiraban al mismo ritmo general, los que tenían sentido del olfato habían añadido pequeños picos de inhalación en cada respiración, con un total de unos 240 picos de inhalación más por hora».
Aunque la investigación sigue en curso, los investigadores sugieren que «este cambio en el patrón respiratorio de los individuos anósmicos podría dar lugar a una alteración de la actividad cerebral, lo que podría estar relacionado con algunos trastornos mentales y físicos observados en las personas sin sentido del olfato, en particular la depresión y la ansiedad».