por: Yesimar Gerdler
12/01/2023 | 6:00 pm
Pixabay
Los ataques de pánico o crisis de ansiedad (también ataques de ansiedad o crisis de pánico), son períodos en los que se padece de una manera súbita, temporal y aislada, un intenso miedo, temor o malestar, con una duración variable: de minutos a horas.
Generalmente, aparecen de manera inesperada y pueden alcanzar su máxima intensidad en unos 10 minutos. No obstante, pueden continuar durante más tiempo, principalmente, si se desencadenan debido a una situación donde la persona no es o no se siente capaz de escapar.
Durante el ataque de pánico se producen síntomas físicos muy intensos: taquicardia, dificultad para respirar, hiperventilación pulmonar, temblores o mareos.
Muchas personas sufren de frecuentes ataques de pánico y viven su vida evitando situaciones que les causan un miedo que en la mayoría de los casos es irracional.
Quizás nunca has tenido un ataque de pánico, pero eso no implica que no puedas tener uno en algún momento. Con el estilo de vida tan estresante que llevamos hoy en día todos los días, es obvio que el pánico se haya vuelto rutina para muchos.
Conoce unos trucos sencillos para controlar estas crisis:
Hielo
Éste es el truco más efectivo para controlar las crisis de pánico, pero no el más práctico fuera de casa. Coloca una bolsa de hielo debajo de los ojos y arriba de las mejillas por 30 segundos.
La incomodidad puede distraerte de los problemas y el estrés. El frío en esa área también provoca un reflejo en el sistema nervioso que estimula la respiración y el ritmo cardíaco.
Truco de la basura
Escribe en un papel todos los pensamientos negativos que ocupan tu mente y deshazte de él: bótalo, quémalo, lánzalo por la ventana, haz de él lo que quieras, pero no le hagas caso.
Hay estudios que confirman que esta actividad te será de ayuda para identificar el razonamiento que te hace daño y para poner los pies en la tierra.
Truco de la escalera
Siéntate cómodamente, cierra los ojos, respira profundamente. Visualiza cada detalle de una escalera en espiral; desde la iluminación, hasta la textura del barandal y el golpe de tus pies al subir cada escalón.
Entre más vívido seas con tu mente, menos pensamientos negativos tendrás. Es una excelente distracción, aunque también puedes imaginar otros escenarios, si es que te ayudan más a relajarte.