por: Elena Velásquez
21/08/2025 | 11:00 am
EFE/ Juan Ignacio Roncoroni
Al menos 10 personas resultaron heridas de gravedad en el duelo por octavos de final de la Copa Sudamericana entre Universidad de Chile e Independiente, luego que se desatara la violencia entre ambas hinchadas en las gradas del Estadio Libertadores de América, ubicado en Avellaneda, Buenos Aires (Argentina).
Según se pudo observar en las transmisiones del juego y los videos subidos a redes por los fanáticos, los ataques entre seguidores de los equipos se desataron hacia el final de la primera mitad, cuando el partido se encontraba empatado con marcador de 1-1.
De acuerdo con lo reseñado por diversos medios, los incidentes comenzaron cuando hinchas del conjunto visitante aprovecharon su ubicación en la tribuna Bochini Alta para lanzar objetos contundentes contra los aficionados del equipo argentino que se encontraban en la parte baja de esa zona.
Butacas, trozos de concreto, palos, mampostería e incluso inodoros completos, volaron de un lado a otro en medio de los disturbios que se prolongaron por varios minutos en los que se hizo más que notable la inacción policial.
En vista de ello, la «solución» fue que los fanáticos de Universidad de Chile abandonaran la tribuna, sin embargo, cuando todavía faltaban unas 30 personas por dejar el sitio, los hinchas locales accedieron a esta zona del estadio para golpearlos.
La situación, que ya era más que lamentable, culminó en una pelea brutal en la que, incluso, algunos aficionados chilenos optaron por saltar desde decenas de metros de altura para tratar de huir.
Por todo esto, el partido, que inicialmente fue suspendido por el árbitro uruguayo Gustavo Tejera, terminó siendo cancelado por parte de la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) y, finalmente, las autoridades intervinieron para detener a unas 90 personas, mientras que «unos 300 aficionados de Universidad de Chile fueron demorados por la Policía y están siendo revisados».
Ante ello, el presidente de Chile, Gabriel Boric, se pronunció sobre estos lamentables sucesos para condenar no solo la violencia desatada por las barras bravas de ambos equipos, sino también la negligencia de Conmebol como organizador del juego.
«Lo sucedido en Avellaneda entre las hinchadas de Independiente y Universidad de Chile está mal en demasiados sentidos, desde la violencia en las barras hasta la evidente irresponsabilidad en la organización. La justicia deberá determinar los responsables», escribió en sus redes sociales.