por: MarÃa Fernanda Pérez
18/07/2025 | 11:00 am
AP
El mundo de los deportes extremos y la aviación se viste de luto. Felix Baumgartner, el intrépido aventurero austriaco que asombró al planeta con su salto estratosférico en 2012, falleció Eeste jueves, 17 de julio, a la edad de 56 años en un trágico accidente de paramotor en Porto Sant’Elpidio, en la ciudad italiana de Fermo. Su muerte, paradójicamente, ocurrió mientras practicaba su pasión más arraigada: volar.
El incidente, tuvo lugar cuando Baumgartner, conocido por sus hazañas desafiantes a los lÃmites humanos, se sintió indispuesto mientras pilotaba su paramotor. Cayó en la piscina de un complejo hotelero, impactando accidentalmente a una mujer que, afortunadamente, resultó herida leve y se encuentra fuera de peligro. Baumgartner se encontraba en la región disfrutando de unas vacaciones familiares, como habÃa compartido con sus seguidores en Facebook, preguntándoles sobre sus destinos vacacionales.
Un legado que desafió la gravedad y la ciencia
Felix Baumgartner dejó una huella imborrable en la historia el 14 de octubre de 2012, cuando millones de personas contuvieron la respiración frente a sus pantallas. En el marco del proyecto Red Bull Stratos, el exmilitar se elevó en un globo tripulado hasta la estratosfera, a 39.043 metros sobre la curvatura de la Tierra. Desde esa vertiginosa altura, se lanzó al vacÃo, convirtiéndose en el primer ser humano en romper la barrera del sonido en caÃda libre, alcanzando una velocidad de 1.342 km/h en tan solo 40 segundos. Una proeza que no solo desafió a la ciencia y la medicina, sino que también redefinió lo que se creÃa posible para el cuerpo humano.
Si bien el récord de altitud en caÃda libre le fue arrebatado en 2014 por Alan Eustace, vicepresidente de Google, Baumgartner continuó siendo un Ãcono de la audacia y la búsqueda de lo imposible. Su trayectoria está salpicada de proezas memorables, como su salto desde las Torres Petronas en Kuala Lumpur, el cruce del Canal de la Mancha en caÃda libre con un ala de fibra, y el salto BASE más bajo de la historia desde el Corcovado de RÃo de Janeiro.
«Born to fly» (Nacido para volar) era la frase tatuada en su brazo derecho, un lema que repetÃa en sus entrevistas: «Yo pertenezco al aire, nacà para estas emociones».