por: Yarelis Borges
16/04/2017 | 12:15 pm
Pixabay
Según estudios, revelan que la depresión es una enfermedad que afecta a más de 350 millones de personas en el mundo y puede estar asociada a las comidas que a diario consumimos.
Por su parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que para el 2020 sea la segunda causa de discapacidad.
Este padecimiento se manifiesta con fuertes cambios en el estado de ánimo, tristeza, pérdida de interés, sentimientos de culpa, falta de autoestima, sensación de cansancio, falta de concentración, así como trastornos de sueño o apetito.
Diversos estudios avalados por científicos, indican que los alimentos suelen provocar respuestas adictivas en el cerebro debido a los saborizantes, conservadores y aditivos.
Para cuidar tu salud física y mental, debes evitar consumir con regularidad estos alimentos.
Endulzantes artificiales
Los endulzantes artificiales producen depresión del sistema nervioso. Estas sustancias frenan la producción de serotonina y dopamina, por lo que se puede generar un cuadro depresivo y ataques de ansiedad.
Alimentos procesados
Los embutidos, chocolates, postres azucarados, entre otros, aumentan el riesgo de desarrollar depresión por su alto contenido en sustancias químicas nocivas que favorecen la aparición de enfermedades cardiovasculares e inflamación.
Comida frita
Los alimentos ricos en grasa saturada contribuyen al desarrollo de conductas depresivas, por las reacciones químicas que se producen en el cerebro. Este tipo de alimentos aumenta la producción de determinadas moléculas como la citosina, que reduce la producción de serotonina, encargada de generar un estado de bienestar.
Cereales refinados
Las harinas refinadas aumentan las probabilidades de sufrir depresión, de acuerdo con un estudio realizado por la Universidad de Londres.
Lácteos altos en grasa
Varias universidades de España han demostrado que el consumo de grasas trans y saturadas ayudan al desarrollo de la depresión.
Refrescos y alcohol
El consumo excesivo refrescos provoca conductas depresivas, y cuando son dietéticas o de sabores las probabilidades aumentan.
De igual manera, el abuso de alcohol puede desencadenar esta emoción, aunque aún no se han determinado mecanismos certeros asociados a esta reacción.