por: Karina Goyo
27/01/2019 | 8:00 am
@elEconomistaes
Los dedos se arrugan por la exposición prolongada con el agua, generando que los glóbulos de la sangre ubicados abajo de la piel se plieguen por un impulso originario del sistema nervioso autónomo. Asimismo, se contraen las yemas de los dedos generando las arrugas.
Investigadores procedentes de la Universidad de Newcastle, Inglaterra, descubrieron una resolución a esta situación, después de varios estudios, establecieron que éste fenómeno no es más que un mecanismo de adaptación del individuo.
Los expertos solicitaron a 20 colaboradores para que reubicaran varias canicas, tanto mojadas como secas desde un envase a otro por estrechas rendijas.
La investigación arrojó que cuando el proceso fue ejecutado con las manos húmedas el control de las canicas presentó gran éxito.