por: Elena Velásquez
13/05/2024 | 7:30 am
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Cada 13 de mayo se celebra la festividad de la Virgen de Fátima, una de las advocaciones marianas más veneradas en todo el mundo.
De acuerdo a la tradición católica, Nuestra Señora del Rosario de Fátima se apareció en la ciudad de Fátima, Portugal, a tres niños pastores: Lucía dos Santos, de 10 años; y sus primos, Francisco y Jacinta Marto, de nueve y seis años, respectivamente.
Según el testimonio de los infantes, entre la primavera y el verano de 1916, experimentaron en tres ocasiones distintas la presencia de un ángel al que llamaron «Ángel de la Paz», el cual los enseñó a rezar para pedir la conversión de los pecadores y adorar a Dios en la eucaristía; acciones que fueron consideradas como una preparación para las visitas de la Virgen María.
Posteriormente, el domingo 13 de mayo de 1917, los tres niños vieron sobre una encina (árbol), a «una mujer más brillante que el sol», vestida de blanco y con un rosario en la mano, la cual les pidió que rezaran el rosario y que continuaran visitando el lugar cada día 13 de los siguientes cinco meses, a la misma hora. Los infantes contaron a los habitantes de la zona lo que habían visto, pero solo los padres de Jacinta y Francisco creyeron su historia.
En los siguientes meses, tal como la Santísima Virgen les pidió, ellos volvieron al lugar y la vieron nuevamente. Durante estas apariciones, la Madre de Dios les confió diversos mensajes, en los que llamaba a la humanidad a arrepentirse de sus pecados y practicar la oración y la penitencia para repararlos; asimismo, les confió algunas revelaciones como la del mes de junio de 1917, en la que les anunció la pronta muerte de Jacinta y Francisco a consecuencia de la epidemia de «gripe española».
En la siguiente aparición, la Virgen María les confió a los tres pastorcitos los llamados «misterios de Fátima», que eran tres secretos en forma de profecías: el primero fue una visión del infierno; el segundo era la forma de salvar las almas del infierno y la conversión de Rusia, que sería consagrada a su Inmaculado Corazón, para que el mundo disfrutara de un tiempo de paz; y el tercero, que permaneció sin darse a conocer hasta el pontificado de San Juan Pablo II, y que según a las especulaciones de la Iglesia Católica, en palabras del Papa emérito, Joseph Ratzinger, se refiere a «los peligros que amenazan la fe y la vida del cristiano».
La última aparición de la Virgen de Fátima tuvo lugar el 13 de octubre de 1917, día en el que se produjo el llamado «Milagro del Sol»; hecho que fue presenciado por cientos de personas, muchas de las cuales aseguraron haber visto al astro «danzar», girar hacia la Tierra o emitir luces y colores radiantes.
El 28 de abril de 1919, tal como la Madre de Dios había pedido a los niños, se inició la construcción de una capilla en el lugar de las apariciones, donde hoy se erige el Santuario de Nuestra Señora del Rosario de Fátima, que es considerado uno de los centros de peregrinación más importantes del mundo