por: Yesimar Gerdler
26/10/2024 | 8:30 am
@ArquiCaracas
Este sábado, 26 de octubre, se celebra la fiesta litúrgica del Doctor José Gregorio Hernández, beato venezolano de la Iglesia Católica, médico, científico, profesor y filántropo, reconocido por su solidaridad con los más necesitados y recordado por su caridad, generosidad, rectitud y servicio a los pobres.
Su vida fue un testimonio evidente de santidad, tanto, que muchos latinoamericanos lo consideran santo, a pesar de que aún no ha sido canonizado por la Iglesia católica.
«El Médico de los Pobres» nació en la población de Isnotú, estado Trujillo, en el año 1864. Estudió en la Universidad Central de Venezuela (UCV) y obtuvo su título el 28 de junio de 1888.
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Viajó al extranjero en busca de nuevos conocimientos y se especializó en el área de Microbiología, Patología, Bacteriología, Fisiología, entre otras.
Luego de formarse como profesional, volvió a Venezuela con la intención de impartir clases en la UCV y transmitir a sus alumnos los conocimientos adquiridos en el extranjero. Trajo consigo importantes equipos médicos que aún no existían en el país, como el microscopio.
El doctor Hernández fue un profesor bien preparado en todos los ámbitos. Además de su amplio conocimiento en las cátedras anteriormente mencionadas, dominaba los idiomas español, inglés, portugués, italiano y alemán. También sabía de matemáticas, física, química y biología.
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Decidió dedicarse a la vida religiosa y en el año 1908 fue admitido en el monasterio de San Bruno, bajo el nombre de Hermano Marcelo. Sin embrago, una enfermedad lo obligó a volver a Venezuela nueve meses después de su ingreso.
Perteneció durante tres años al Seminario Santa Rosa de Lima. Posteriormente, intentó cursar estudios de Teología en Roma, no obstante, nuevamente una enfermedad frustró su intento.
José Gregorio Hernández luchó toda su vida por ayudar a los más pobres plegándose al servicio y la solidaridad por el prójimo, predicó su vocación con el ejemplo, es por ello que se le conoce en toda Venezuela como un hombre de bien, reconocido como «El Siervo de Dios» por el pueblo venezolano.
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El doctor Hernández mostró siempre un carácter altruista en atención de sus semejantes, sobre todo de aquellos que acudían a su labor médica sin contar con los recursos para financiar sus tratamientos médicos.
Murió de forma trágica el 29 de junio de 1919, al golpearse la cabeza con el borde de una acera a consecuencia del impacto con un automóvil, en la esquina de Amadores, ubicada en La Pastora, Caracas.
Sus restos reposan en la Iglesia de Nuestra Señora de la Candelaria, ubicada en el centro de la ciudad capital, después de permanecer por mucho tiempo en el Cementerio General del Sur.
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La Iglesia católica en Venezuela inició, en el año 1949, el proceso de beatificación y canonización, conducido por el arzobispo de Caracas, monseñor Lucas Guillermo Castillo ante la Santa Sede.
Luego de iniciar el proceso, y completados los primeros casos, José Gregorio Hernández fue nombrado Venerable por el Papa Juan Pablo II el 16 de enero de 1986, antepenúltimo escalón en el camino de la santidad.
Finalmente, y luego de una espera de 34 años, el 30 de abril del 2021 fue elevado a Beato de la Iglesia Católica, noticia que llenó de júbilo y alegría a toda Venezuela.