por: Yesimar Gerdler
26/09/2019 | 9:30 am
@globovision
Este jueves, 26 de septiembre, se celebra el Día Mundial de Prevención del Embarazo no Planificado en Adolescentes (Dpea), con el objetivo de crear conciencia entre los jóvenes para que conozcan las diferentes alternativas anticonceptivas que existen y tomar decisiones responsables sobre su salud sexual y reproductiva.
La finalidad de esta celebración es prevenir el alto índice de embarazos no planificados en adolescentes que ocurren en el mundo.
Esta iniciativa comenzó en Latinoamérica en el año 2003, cuando varias instituciones públicas y privadas de Uruguay, con evidente preocupación por la prevención y educación, instauraron tal fecha como el Día de la Prevención del Embarazo no Planificado en Adolescentes.
En 2005 se sumaron a la celebración varios países de América Latina y en 2007, la empresa alemana, Bayer Schering Pharma, impulsó la iniciativa a nivel global con la celebración del Día Mundial de la Anticoncepción (WCD).
A pesar de la amplia gama de anticonceptivos disponibles, el embarazo no planificado sigue siendo un problema mundial de salud pública. En la actualidad, seis de cada 10 embarazos en el mundo son no planificados.
Según datos manejados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), aproximadamente 16 millones de jóvenes de entre 15 y 19 años, un millón menores de 15, dan a luz cada año, la mayoría en países de ingresos bajos y medianos.
Son muchos los factores de riesgo cuando se trata de embarazos no planificados en jóvenes:
Uno de los métodos más eficaces para la prevención de embarazos no planificados es el uso correcto de la píldora anticonceptiva.
Sin embargo, datos de un estudio liderado por Bayer estableció que tres de cada cuatro mujeres en Latinoamérica olvidan tomar la píldora anticonceptiva al menos una vez al mes.
En Venezuela, el porcentaje de embarazo en adolescentes de entre 15 y 19 años es distinto en las adolescentes de zonas más urbanizadas e instruidas en relación con los sectores de más pobreza y vulnerabilidad.
El riesgo de embarazo temprano es de tres a cuatro veces mayor entre quienes no tienen acceso a la educación formal.