por: Inés Reyes
16/09/2017 | 9:15 am
Pixabay - Imagen referencial
La Universidad de Aberdeen, en Escocia, realizó una investigación para conocer si el hambre proviene de la ingesta calórica únicamente o podría intervenir una sugestión de nuestra mente.
Los científicos tomaron a 26 voluntarios y les dieron un contundente desayuno: una tortilla francesa de tres huevos. El truco fue que a la mitad de ellos se les informó que era de cuatro huevos y al resto que solo había sido elaborada con dos.
Sin embargo, aquellas personas que pensaban haber comido menos estaban considerablemente más hambrientos después y comieron más pasta a la hora del almuerzo.
El director del estudio, Peter Brown, de la Universidad Hallam Sheffield (Inglaterra), concluyó esta información luego de haber presentado los resultados en una conferencia anual de la Sociedad Británica de Psicología.
» La investigación se centró en la ingesta de alimentos sólidos al principio del día y la ingesta calórica a lo largo de las cuatro horas siguientes, el periodo habitual que media entre el desayuno y el almuerzo (…) Quienes creían que habían comido menos consumieron una cantidad significativamente menor de calorías que el resto durante todo el día», puntualizó Brown.
Vale recordar, que existen riesgos de ingerir productos químicos por medio de empaques de comida.