por: Edgar Pilca
27/09/2025 | 2:30 pm
Reyhan Diptayana en Pexels
Bélgica dio un paso histórico en su gestión de residuos nucleares, comenzando la construcción de lo que será su primer cementerio permanente para desechos radiactivos.
El proyecto, situado en la localidad flamenca de Dessel, no solo busca resolver un desafÃo de larga data, sino que también respalda la decisión del paÃs de reafirmar su apuesta por la energÃa atómica.
El depósito está diseñado para almacenar residuos de baja y media actividad, aquellos que emiten aproximadamente la mitad de radiación que un escáner médico. A diferencia de los almacenes provisionales que han operado desde la prohibición de verter desechos al mar en los años ochenta, esta nueva infraestructura está concebida para durar para siempre.
Los almacenes temporales actuales tienen una vida útil de apenas un siglo, lo que hacÃa imperativo encontrar una solución definitiva. El nuevo complejo, compuesto por dos edificios que albergarán búnkeres de hormigón, recibirá los residuos en bidones. Estos se agruparán mecánicamente en bloques gigantes de hormigón que, una vez sellados, se introducirán en el depósito.
Según el organismo encargado de la gestión de residuos radiactivos (ONDRAF), se estima que el depósito tardará unos cincuenta años en llenarse.
Una vez completo, será sellado con una cubierta permanente de cinco metros de tierra y materiales protectores. Con el tiempo, la capa de tierra se cubrirá de vegetación, transformando el sitio en lo que la portavoz de ONDRAF, Sigrid Eeckhout, describe como «una colina verde en el paisaje».