por: Elena Velásquez
12/03/2021 | 1:00 pm
@dw_espanol
Este viernes, 12 de marzo, Bulgaria suspendió la administración de la vacuna anticovid de AstraZeneca, hasta que la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) se pronuncie sobre la seguridad del antígeno.
En este sentido, el primer ministro búlgaro, Boiko Borísov, exigió a el cese inmediato de las inoculaciones con este fármaco, hasta que la EMA envíe por escrito una declaración «precisa y claramente confirmada», en la que se determine «si es posible o imposible» utilizar este fármaco.
Estas declaraciones se producen luego que aparecieron unos informes que señalan efecto secundarios que no habían sido contemplados anteriormente, como la formación de coágulos de sangre, en pacientes que han recibido dosis de esta vacuna.
Sin embargo, la EMA aseguró anteriormente que no existe evidencias de que la vacuna de AstraZeneca «haya causado estas afecciones» y que, los beneficios de la misma «continúan superando sus riesgos».
Por su parte, la farmacéutica ha señalado que, en los datos de seguridad de más de 10 millones de registros, hasta el momento no ha encontrado indicios de riesgos asociados a la formación de coágulos de sangre, como trombosis venosa profunda o embolia pulmonar.
Hasta el momento, además de Bulgaria, países como Dinamarca, Islandia, Noruega y Tailandia también suspendieron el uso de este fármaco; mientras que otras naciones entre las que se cuentan Austria, Estonia, Letonia, Lituania, Luxemburgo e Italia, dejaron de emplear algunos lotes del antígeno.
En relación a esto, la Organización Mundial de la Salud (OMS) señaló que la decisión de estas naciones corresponde a una «medida de precaución en tanto se realiza una investigación completa», puesto que no se ha descubierto ninguna relación causal entre la vacuna anticovid y afecciones relacionadas con coágulos sanguíneos.