por: María Fernanda Pérez
26/08/2023 | 6:00 pm
Bloomberg Línea
La economía china entró en un periodo de deflación, es decir, de caída generalizada de los precios, por primera vez en más de dos años.
Según la Oficina Nacional de Estadísticas, el índice de precios al consumo (IPC) oficial, que mide la inflación, se redujo un 0,3% interanual en julio.
Este fenómeno se debe a la baja demanda interna y externa, que se ha visto afectada por la pandemia de Covid-19 y por la crisis del sector inmobiliario. Además, China se enfrenta a otros desafíos como el alto endeudamiento público, el desempleo juvenil y la competencia internacional.
De esta forma, la deflación puede tener efectos negativos tanto para el gigante asiático como para el resto del mundo. Por un lado, puede disminuir las ganancias de las empresas y el gasto de los consumidores, lo que a su vez puede provocar más desempleo y menor crecimiento económico.
Por otro lado, puede afectar a las exportaciones de otros países que dependen del mercado chino, especialmente de materias primas, energía y alimentos.
Sin embargo, también puede tener algún efecto positivo, como ayudar a contener la subida de precios en otras partes del mundo, debido a que China produce una gran proporción de los bienes que se venden globalmente.
“No existe una receta secreta para elevar la inflación”, señaló Daniel Murray, de la firma de inversión EFG Asset Management, quien a su vez recomendó una “simple combinación de más gasto público y menos impuestos, junto con una política monetaria más flexible.”