El silencio se instala en la zona cero del Jet Set a casi un mes de la tragedia

A casi un mes de la tragedia que enlutó a la capital dominicana, la otrora vibrante zona del Jet Set se sume en un creciente silencio, un reflejo del olvido que parece envolver el lugar donde tantas vidas se perdieron.

Según medios locales, el improvisado santuario de duelo que en sus inicios floreció con ofrendas y la luz de la esperanza hoy languidece bajo el sol, con flores marchitas y cirios consumidos, testigos mudos de un dolor que la rutina diaria amenaza con desvanecer.

Mientras la desolación física se instala en la zona cero, una nueva capa de angustia se suma al dolor de los familiares de las víctimas: la sensación de abandono y la falta de respuestas claras sobre lo ocurrido. En los últimos días, voces de familiares se han alzado con renovada fuerza, denunciando la lentitud de las investigaciones y la ausencia de información concreta por parte de las autoridades competentes.

«Son cosas que no se puede ni buscar culpables», expresó Julio Rojas, quien perdió varios amigos esa noche.

Listín Diario

Las denuncias se centran principalmente en la falta de transparencia en las pesquisas. Los familiares claman por detalles precisos sobre las causas del siniestro, las posibles responsabilidades y los avances en la identificación de todos los factores que pudieron haber contribuido a la tragedia.  

Las demandas de los familiares incluyen la solicitud de una investigación exhaustiva e imparcial, que no descarte ninguna hipótesis y que tome en cuenta los testimonios de testigos y las posibles irregularidades en las instalaciones del local. 

Además de la falta de información, los familiares también han expresado su frustración por lo que perciben como una falta de sensibilidad por parte de las autoridades hacia el lugar que se convirtió espontáneamente en un símbolo de duelo. El deterioro del improvisado santuario, con las flores marchitas y la falta de limpieza, es interpretado por algunos como una falta de respeto hacia la memoria de las víctimas.

Mientras el silencio físico se instala cada vez más en la zona cero del Jet Set, el clamor por justicia y verdad de los familiares de las víctimas resuena con fuerza. Su lucha por respuestas y por mantener viva la memoria de sus seres queridos contrasta con el olvido que amenaza con cubrir este espacio marcado por la tragedia.