por: Edgar Pilca
02/07/2025 | 10:30 am
Sebastien Dupuy/AFP
Europa está viviendo un verano extremo. Una ola de calor sin precedentes está barriendo el continente, rompiendo récords y obligando a millones de personas a adaptarse a temperaturas sofocantes que superan los 40 °C.
Este fenómeno, intensificado por el cambio climático, no es solo una molestia veraniega; es una crisis en desarrollo con graves implicaciones para la salud, la economía y el medio ambiente.
Países desde la península ibérica hasta los Balcanes están sufriendo. En España y Portugal, los termómetros han superado los 46 °C en algunas zonas, marcando récords históricos para junio.
Por su parte, Italia tiene 17 de sus principales ciudades en alerta roja, siendo Bolonia, Bolzano, Brescia, Florencia, Perugia, Turín, Ancona, Frosinone, Génova, Latina, Milán, Palermo, Rieti, Roma, Trieste, Verona y Viterbo las más afectadas. Además, se confirmó la muerte de un hombre de 46 años que se desplomó mientras repavimentaba el aparcamiento de una escuela.
En Francia la temperatura llegó a los 41 °C en París, llevando al cierre parcial de más de mil escuelas y al acceso restringido a lugares emblemáticos como la Torre Eiffel. También, dos personas murieron «como consecuencia de enfermedades relacionadas con el calor2, según la ministra de la Transición ecológica.
Bélgica, Croacia, Macedonia, Alemania y el Reino Unido también están bajo el yugo de este calor abrasador.