por: María Fernanda Pérez
10/07/2025 | 10:30 am
Cordon Press
Las inundaciones sin precedentes que azotan el centro de Texas han cobrado la vida de al menos 120 personas, mientras que más de 160 se encuentran desaparecidas, según los últimos reportes de las autoridades. La situación es crítica, con el condado de Kerr contabilizando la mayoría de los desaparecidos, un total de 150 personas, y una docena más en otras áreas del estado.
La magnitud de la tragedia se hace evidente con los macabros hallazgos de voluntarios, quienes han reportado encontrar cuerpos de víctimas atrapados en las copas de los árboles, a más de 30 pies de altura.
De este modo, las autoridades locales, a través del sargento de policía de Kerrville, Jonathan Lamb, han defendido sus esfuerzos de rescate, destacando que en la primera hora de la emergencia, el 4 de julio, se logró rescatar a más de 200 personas y evacuar más de 100 hogares. Lamb enfatizó que, a pesar de lo terrible de la situación, podría haber sido mucho peor.
Sin embargo, la comunidad afectada ha expresado su frustración y desamparo, denunciando la ausencia de ayuda oficial significativa. Ante esta situación, los propios residentes se han organizado en brigadas improvisadas para llevar a cabo labores de búsqueda y rescate, recorriendo las zonas devastadas en un esfuerzo por encontrar a sus seres queridos y brindar apoyo.
Por otro lado, la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA), que desplegó equipos críticos de búsqueda y rescate, se ha encontrado con obstáculos burocráticos casi de inmediato, según revelaron a CNN cuatro funcionarios de la agencia. Esta situación plantea interrogantes sobre la eficiencia y coordinación en la respuesta a desastres a gran escala.